Me encanta cuando una familia que termina su estancia en nuestro apartamento en Jaca nos dice “¡No nos ha dado tiempo a ver todas las cosas que queríamos ver!”… y es que Huesca está lleno de sitios que visitar y experiencias que disfrutar durante tus vacaciones en Jaca. Hoy me gustaría recomendaros la excursión a los Mallos de Riglos. Desde Jaca queda a poco más de hora y media, pero por la carretera antigua a Santa María de la Peña (A-1205), llena de curvas y apenas pueblos, resulta una excursión muy agradable. Llegando al embalse de La Peña, el paisaje cambia por completo, llamando la atención las blandas margas grises, excavadas por cursos de agua. Según nos acercamos a Peña Estación, veremos a la izquierda la espectacular Foz De Escalete, por donde pasa también una senda muy recomendable. Cruzaremos el embalse por el puente de hierro para seguir el curso del río Gállego durante varios kilómetros. Os llamará la atención los colores del río a su paso por la Hoya de Huesca, que varían entre azules verdosos y grises. En una de las curvas, de repente veremos esa impresionante formación rocosa que son los Mallos de Riglos. Si eres aficionado a la escalada, esta excursión es imprescindible que la hagas. Los Mallos de Riglos se formaron como consecuencia de la erosión de las morrenas glaciares. Todos ellos tienen sus nombres propios, siendo 9 los más grandes e imponentes y otros 8 algo más pequeños. El más difícil de escalar es el Visera, y los más altos, el Firé y el Pisón, alcanzan los 300 metros. De todas formas, no os preocupéis si no sois expertos escaladores, desde el pueblo de Riglos parte una ruta denominada “Camino del Cielo”, de nivel intermedio y con 5,2 km de recorrido, que nos permitirá disfrutar de este maravilloso paraje. La vista panorámica que tendremos durante el ascenso compensa el esfuerzo realizado. Podremos hacer varias paradas en el camino para recuperar fuerzas hasta llegar, primero al Mirador de los Mallos, donde disfrutaremos de unas magníficas vistas del río Gállego y finalmente al Mirador de Espinable, donde daremos por finalizado el largo ascenso (2,3 km).
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El "petit train" de Artouste se encuentra a apenas una hora desde Jaca. Es un plan fabuloso, ya sea durante unas vacaciones en familia o si queréis disfrutar de la montaña. Desde España, se llega cruzando el puerto de Portalet, por lo que deberemos salir de Badaguás, dirección Sabiñánigo, y poco antes de llegar a éste, coger dirección Biescas y seguir las indicaciones hacia Francia. Una vez crucemos la frontera, habrá que iniciar el descenso hasta la cola del lago de Fabrèges, donde se encuentra la desviación a la estación de ski Artouste-Fabrèges. Las entradas se pueden reservar con antelación en su página web, o directamente en las taquillas de la estación. Hay tres tipos de billetes según el tipo de aventura, siendo el más sencillo el de ida y vuelta, con 1 hora y 40 minutos para disfrutar del lago de Artouste y las vistas antes de emprender la vuelta. El "petit tren" de Artouste se encuentra a 2.000 metros de altitud, hasta donde accederemos a través del telecabina, que ya nos va poniendo sobre aviso de las maravillosas vistas que nos encontraremos arriba. El recorrido se inicia con un estrecho túnel de 365 metros de longitud que nos lleva al valle de Soussuéou. El trayecto transcurre por una vía única de aproximadamente 10km que en algunos tramos se divide para dejar paso a los convoys que vienen de vuelta. El viaje dura cerca de una hora, y nos permite disfrutar de las vistas del valle o cumbres como el pico de La Sagette (2.031m), el de Palas (2.974m) o el de Balaitouste (3.144m), y es que, el pequeño tren de Artouste, es el tres más alto de toda Europa. La vía de ferrocarril se construyó en 1924 a raíz de la construcción de la presa de Artouste, parte del complejo energético del valle de Ossau, junto con las galerías que recorren la montaña y que actualmente recorren los operarios de la central para su mantenimiento. Desde 1932, tras el fin de las obras, el tren continuó en funcionamiento todo el año, para el transporte de turistas o esquiadores. Actualmente sólo se usa durante el verano. A una hora escasa de Jaca se encuentra la Selva de Oza. Por la carretera N240 hasta Puente de la Reina, nos desviamos hacia el Valle de Hecho. Una sinuosa carretera nos lleva por el valle hasta el pequeño pueblo de Hecho.
Merece la pena hacer una parada y dar un paso por sus estrechas calles, aunque nosotros preferimos dejarlo para la vuelta y disfrutar de una buena comida en el Restaurante Canteré. El siguiente pueblo, Siresa, sorprende por su monasterio que llama la atención por su tamaño. La carretera se hace entonces más estrecha y se torna preciosa cuando asciende paralela al Río Aragón Subordán. La Selva de Oza es ideal para hacer senderismo, pasear por el bosque o simplemente hacer una ruta con el coche para disfrutar de su impresionante belleza. |